JUSTAMENTE AHÍ

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JUSTAMENTE AHÍ

“Se comienza cediendo en las palabras, 

y se termina cediendo en las cosas.”

-Sigmund Freud-

No hay nada escrito debajo de esas palabras porque a las que intenté decir les ocurrió lo mismo. Están más lejos cada vez; cada vez que las quiero pronunciar, la misma fuerza sobrehumana las hace retroceder, luego el río que se desata dura toda la noche. No se ven las palabras, tampoco se ve de dónde emana el río. Las cosas no hablan, las cosas pueden ser relatos enteros pero si no hay palabras no hay ni relatos ni cosas.



Un cansancio infinito y pasa todo por delante de mi cabeza en completo silencio. He dicho fuerza sobrehumana y así es. Las palabras no tenían con qué rebatirle a los muros, todas esas palabras escritas con cemento, desentendidas por completo del acto mismo de hablar. No hay ningún placer que se pueda restablecer en esa clase de silencio. Pero los muros siguen hablando, se desentienden de ser muros porque ellos han derribado las palabras.





Susto o muerte???


http://lacomunidad.elpais.com/lalenguavivalalengua/2010/10/31/susto-o-muerte--2


“Y no nos hacen comer pavo y celebra el Día de Acción de Gracias, dios sabe por qué???”

Sustos de muerte

http://lacomunidad.elpais.com/desfiladeros/2010/10/31/sustos-muerte

“Uno puedo morirse del susto. Y de hecho, ha habido muchos muertos de miedo. No es ninguna broma.”


“Y es que no está el horno pa pollos. Y la calle se llena de muchos pollos que lo mezclan todo como lo que presumen ellos que son. DEMENTES.”





No hacía falta la señal, lo urgente no es que yo lo sepa, lo urgente es hacer valer mi derecho a hablar. Yo, lo que tengo que decir de esto, es cómo se lava la conciencia contándoles a los demás lo que ellos quieren oir pero no dice que esa aclaración sobre el miedo la hice yo el otro día (señal) aquí, donde dice no estar. Así es como me voy encontrando con los beneficios de lo que es para mí una tortura. Ese bloguero goza de buena reputación, también yo lo creí una persona muy sociable. Arrastra las interrogaciones de miles de insultos proferidos a la gente en el chat, esa expresión va sin interrogante, y no dice nada de qué relación existió anoche entre los pollos y la demencia, se lo coloca todo a ese Otro que es nadie al final. Yo veo continuamente cómo funciona su mecanismo, cómo me fui quedando anoche dormida a fuerza de llorar y recogió otra vez todos sus actos y los metió en un discurso que nada sabe ni de conciencia ni de inconsciencia. Si al menos se hubiera callado ahora cuando yo hablaba de demencia, de cementos, de sobrehumano, hubiera sido un metro menos abajo desde donde estaría yo diciendo. No iba a pegar ningún link, ni menos una señal, pero volvió la realidad a acogotar mis palabras. Y eso no es hablar, eso es cacarear, eso es otra y otra y otra vez violar.



No importa, porque no puede importar, el sábado ya terminó, corriendo a olvidarlo. Importa saber que entre ese hijo de la grandísima puta y yo no hay ninguna relación. Que se coma sus palabras. Que se trague su culpa. Que se ahogue él con su odio.

Pin Pon

Susto o muerte???

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“Y es que internet es ya otro mundo aparte.
Un mundo inagotable que cada vez es más infinito.”




“ Yo aun no se qué elegiría si me propusieran entre SUSTO o MUERTE.
Y tú??? “



No sé, espera que lo piense, ¿probamos? ¿o seguimos deshojando la margarita? ¿me quiere? ¿no la quiero? ¿me querrá? ¿será mejor que no la quiera? ¿la querrimos? ¿la quisiste? ¿la quiso? ¿yo? ¿tú? ¿qué? ¿sí? ¿no? ¿no? ¿sí? ¿quién? ¿yo? ¿no yo?



"En un trabajo de 1915 “Lo inconsciente”, Freud, hace una diferenciación fundamental en relación a la psicosis. Allí articula lo que llama “Lenguaje de órgano” que se da en la esquizofrenia; dirá que en la psicosis no hay articulación entre la representación cosa (nivel inconsciente) y la representación de palabra (nivel preconsciente), por lo tanto se rompe la posible articulación simbólica y las palabras están en lugar de las cosas."



Es una transferencia, sí, pero esta transferencia. Lo que hace, sigue haciendo, está desarticulado de lo que dice. Ocurriendo una eternización en qué hace y otra eternización en qué dice. Inefectivo continuo entre los miles de laberintos con los que enreda aquello de lo que nada sabe que es “aquí”, “así”, “todas esas barbaridades” de las que luego no hay representación hablada sino un completo jeroglífico a descifrar.



Las señales son su cordón umbilical, literalmente. Infinito, dice…



Leería a Lacan si pudiera, en cuanto me aparece algún si quisiera, si pudiera… durante unos minutos trato de retener ese leve posible… tal vez esta tarde, un rato. Porque ¡hay tanto que leer! Pero este demente no me deja, lo acabo de escribir y me colgó el ratón, y ya no es lo que yo dije sino lo que está diciendo él y todos los insufribles que tengo que retirar cada vez porque de lo que nada sabe todo lo dice. ¿Qué hace aquí pasados ya seis años señalando (colgándome el ratón) para que yo no deje de enterarme de que él también piensa que ¡hay tanto que leer!...? De eso hablo yo cuando pego el epígrafe sobre Freud, de que está desarticulado lo que esas señales y ese colgarme el ratón dicen puesto que ni siquiera reconoce estar diciendo nada. No son palabras aunque me roban las mías para que lo parezcan, lo diré aún más grotescamente: aquí no hay ninguna persona, aquí señala a ese Otro porque traslada estas palabras a ese Otro lugar sin hacer ninguna otra cosa que repetirlas. Hablar, sería, DE BASE, exponerse a decir algo y justo cuando tiene que hablar, enmudece, deja que pase tiempo … no sé qué ocurre entonces y reaparece como si todos los vínculos jamás hubiesen existido y es una amalgama de jeroglíficos mascullantes y reiterativos que son todos esos insultos y las preguntas a su podrida margarita.



Lo sé, lo que no sé es cómo conseguirlo. Sé que es un muro capaz de matarte y escribir luego un relato en el que lo contaría como si fuera un ralato más. Lo sé. y no sólo que lo sé, sino que es precisamente que no me es posible eludirlas lo que me causa tanto daño. Porque todo terminaría si yo pudiera ignorar ese discurso en el que se sujeta y que es el mío. Es decir, es el mío y en cuanto lo consigue detener con sus señales ya deja de serlo, justamente ahí. El epígrafe sobre Freud, no es porque yo esté aquí y ahora estudiando, sino porque es tal cual. Adopta la forma de indiferencia amorosa, todos sus laberintos adoptan esa apariencia, pero no es así; no hay conexión entre lo que sea que le sucede cuando señala aquí o cuando entra como una bestia a agredirme y lo que cree estar haciendo, no es ningún inverso ni reverso ni lo contrario, me es necesario traer ese epígrafe para poder mostrar que lo que sí aparece como contrario, no lo es, es algo desconocido, desarticulado: NO SE CORESPONDEN LAS REPRESENTACIONES *. Solamente retiene en la conciencia las frases, las palabras; las imita, las considera un botín al que no está dispuesto a renunciar bajo ningún concepto. Tiene argucias más que de sobra para hacerlas valer como si fueran suyas y, de la denegación que hace tanto de mí como de sus actos en relación a mí, lo único que le aparece es cada vez más y más repudio. Pero todo eso es tan absurdo, tan sin sentido, que grita que el sentido está en otro lugar. …Y vuelve a señalar, porque repite mis palabras, si realmente supiera que está en otro lugar, haría otras cosas. YO NO SOY SU PSICOANALISTA, lo he dicho hasta la saciedad, luego ¿por qué no lo entiende? Porque no está en ninguna de las ideas que me señala, sino en otro sitio al que se niega a acceder. Sería lo que ocurriría si, TODAS LAS VECES, en lugar de soltar retahílas interminables sobre el amor o su pasado o “aquellos ciclos que eran lo peor” (decía ayer) hubiera dicho cualquier cosa, la que se le hubiera ocurrido, sabiendo tan sólo que ESTÁ PROHIBIDA LA AGRESIÓN. Hace sumas, restas, logaritmos, de todo menos hablar. Lo vi con una nitidez espantosa, cómo iba mutando de un estado de semisilencio, deprimido, a una alegría extrema, sádica. Eludió la angustia insultándome a mí otra vez. La sensación de poder, de posesión que tiene cuando me agrede, es total. Cuando se sujeta a permanecer sólo donde sea capaz de acceder mediando las palabras, sencillamente ahí NO AGUANTA. Y ESO, EXCLUSIVAMENTE ESO ES LO QUE SIGNIFICA SEÑALAR. Para él, porque para mí está siendo esta pesadilla. Señala aquí porque no siente angustia puesto que este acto no lo incluye como acto siquiera. Y ya me puedo yo estar muriendo, que sigue señalando. El que yo haya traído aquí lo que dice en ese blog,

http://lacomunidad.elpais.com/lalenguavivalalengua/2010/10/31/susto-o-muerte--2

no ha sido porque tuviera intención de denunciarlo, sino porque lo llevo viendo muchos días cómo coge algo que yo haya dicho o extraido de algo ocurrido el día anterior y lo presenta allí de la misma manera que hoy: relatado como algo del orden del mundo, de EL MUNDO, ajeno a él, una idea que le reporta el lavado de conciencia suficiente, o de inconsciencia, igual que hace, o más descarado aún, con el Nick de casanjuntoalrio. Acusa a otros de lo que hace él. Eso mismo es una constante en el chat. Nadie le dice nada porque nadie se da cuenta de que lo hace. Y en ese “nadie” es donde justo se produce la desarticulación ya que a mí me considera nadie, es decir, me considera él mismo. Diría una parte de él, la que repudia luego desde esas Ideas.



¡Pero qué injusto es todo esto!, yo no hablo de un pobrecito que no sabe cómo evitar esto que hace, sino de un cerdo integral que cuando tiene dos minutos de lucidez se cuenta que bah.quetonteria y así, entre Nicks y Nicks, se lo perdona todo. Produce frases como todas las que produce Player, mientras con otros Nicks se dispara a sí mismo y recoge la admiración de esos mismos a los que acaba de insultar.



PD: yo no he cedido en nada. Si cedí, fue frente a una fuerza que no puedo eludir, una persistencia de loco. Con un beneficio además porque si no, todo lo que aparece como imposible de no hacer, dejaría de hacerlo. No importa que yo no encuentre beneficio en tener mil blogs o mil admiradores, porque como él sí y es lo único que le “da garantías de impunidad”, actúa como si yo también me tratara de eso. Tenía “ruidos en la cabeza”, durante mucho tiempo era eso lo que iba contando por ahí; nunca le di importancia, ni me detuve. Pero ahora sí se la doy. Porque no tenía por qué dársela ni quitársela, no era de mi competencia valorar algo así; pero jamás hice lo que aquella que consideró que era un pobrecito y acabó diciéndome a mí que yo “no tenía corazón”. Por lo visto esta telenovela que yo ahora cuento no la seduce y ya dejó la compasión para otro rato. Nadie castiga a nadie por tener alucinaciones auditivas, pero si las hay, todos admiten de alguna manera que esa persona está mal. En lugar de eso, “en Internet” ha encontrado su infinito. Y por lo visto, mi ordenador y mi vida son parte de “su Internet”.



Yo soy escritora, o por lo menos me gustaría pensar que puedo volver a serlo y hago esto de escribir procurando que todo aquello que me duele no me paralice. Pero anoche, cuando volví de la cama y pegué el epígrafe de Freud, tuve que deshacerme de montones de sensaciones dolorosas y este que ríe y baila tan feliz y con tanta mofa sobre el sadismo, no tuvo inconveniente en seguir señalando y me tuve que ir; me conseguí dormir sobre las seis de la mañana y con las mismas, encuentro ese blog esta mañana y vuelta a señalar. El epígrafe de Freud era para mí la aclaración a si me tengo que ir a callar o considero que las palabras no son objetos decorativos.



Bueno, rara vez releo esta clase de escritos, muchas veces los termino borrando. Pero esta vez intenté leerlo y desistí porque hace lo siguiente: cambié un artículo neutro de sitio y “me colgó el ratón”. No le quiero escuchar ni siquiera lo estoy aclarando para que vea… todo lo contrario, ES QUE NO QUIERO. Re repatea que ahora sea colgarme el ratón porque es del mismo orden que todo lo demás: modificar lo de afuera, y ayer lo decía con todo su descaro en el chat: “hago otra cosa para seguir haciendo lo mismo”. Y la correspondencia si yo no me sujetara a palabras con esa frase sería la de ir a su casita y sacarle las manazas de este ordenador y decir: “ ya basta, mal nacido, a partir de ahora, si quieres palabras te jodes y las fabricas tú. La persona a la que tú insultas, está pasándolas putas y tú, pedazo de cerdo, sigues cacareando como un animal. Lo que esa persona está escribiendo es, entérate burro: QUE LA HACES DAÑO CON TU PUTA MANÍA DE QUE TE TIENE QUE ESCUCHAR CUANDO EN TODAS PARTES, RENIEGAS DE ELLA Y LA DICES Y LES CUENTAS QUE DE CADA DIEZ PALABRAS COMETE TREINTA ERRORES, así que, explotador de mierda, lárgate a tu puta casa a vender TUS libros“.



No es la solución, pero donde me cuelgue el ratón y necesite reflejarlo, seguiré poniendo “señal”.





31 de octubre de 2010




* Los dos teclados que tengo nuevos me los desconfiguró. Utilizo uno que lo tenía de reserva. No fue un acto aislado, fue la supresión en acto de ciertas palabras que no toleraba oir (leer). Siguiendo el hilo de el epígrafe de Freud, que no haya representación articulada con el afecto, a mí me aclara que donde cree suprimir con ese acto, no desaparece, es un hecho que, lejos de desaparecer, se fue agravando. A medida que se va permitiendo más y más actos de ese tipo, es mayor la obsesión;  es significativo que yo ahora haya tenido que vaciar el disco duro enterito. Yo no hago otra cosa más que escribir, y es imposible que mis palabras que eran libros de poesía, fueran capaces de causar esta violencia, otra cosa es lo que ese individuo escucha (lea) en ellas. Ciertamente ha conseguido que mis escritos se le parezcan a él y ahí ya encontró su coartada. No es verdad (estuvieron dos meses  estos blogs cerrados) que sea él el quien está respondiéndome a mí, de hecho, antes de abrirlos, ya habían ocurrido el 80% de “las cosas”.

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