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no PUEDO SEGUIR. No contaré nada más. Tengo pinchazos en la cabeza y a este desgraciado lo único que le preocupa es mantener la fachada. Es un asesino. Y a partir de ahí, cualquier intento que haga que se derive de las palabras, será golpearme contra un muro. Me repugna esa cosa que hace que es poner mentiras, frases, palabras, cuando yo ya no puedo gritar más, es muy consciente de lo que hace, yo lo llamo sadismo. O crimen si no consigo solucionarlo ya que me es imposible ni escribir ni dejar de escribir. Baila en el chat mientras yo me deshago en gritos, me provoca para que grite más. Nada puedo decir después de eso. Quizás que su locura es ésta, donde tuvo que haber habido palabras, seis años después hay este grado de brutalidad. Convivir con esta bestia a todas horas, no creo que nadie pudiera. Yo tampoco.



Debe ser mucha la locura para mantener ese fingimiento delante de todos o tal vez delante de él mismo o delante de mí ya que no diferencia “él” de “mí”, no sé qué será lo que le da tanto gusto cuando ve que yo no puedo más y sigue baila que te baila, señala que te señala a la vez, para que grite más. Supongo que lo mismo que si tuviera puños con los que aplastarme la cara. Así de sucio es todo esto. Un maltratador, así los llaman en la tela. Ni menos ni más. Consiguió que me saliera del chat, a mí no me importa salirme, lo que digo es que defiende estar allí incluso pasando por encima de lo que estoy contando. Me pisó para que nadie oyera mis gritos, no sé hasta qué punto se puede llegar a negar. Pero los gritos no eran un juego, fueron reales.

Me produces asco  } ~

Gritaba porque en seis años han sido demasiados los días y los momentos y las palabras y los archivos y seguía bailando y diciéndome que bajara la letra como si mi vida valiera menos que un tamaño de letra y al tiempo seguía señalando aquí y al final me pisó porque así no se enteraban de ninguna razón, es tan miserable todo eso porque está escrito pero sigue pasando, es una provocación y yo staba escribiendo sobre un poema pero no acepto que siga aquí y se venga así pero sabe que he tenido que vaciar todo el disco duro y sabe que sigo de baja y negar no es esto, esto no sé qué es, lo que niega es que está lleno de actos que no controla y sigue más y más lejos hasta que algún día ocurra algo y ya compruebe que sí había límites. Me niego a odiarle, me niego a tener nada que ver con este desconocido que está decidido a que su vida esté relacionada con la mía a cualquier precio.



Sí, manchaste tu biografía, está esa palabra pegada a tu cara, de nada te sirve tu blog de disimulos, esto es real como la mierda de seis años que has estado presumiendo de que te habías ido y sigues queriendo presumir de que tienes poder sobre mí, y sobre cualquiera, porque tú te metes a robar a todos. Ojalá te arrepientas, sí, ojalá te arrepientas y te enteres de que el arrepentimiento es una máscara más. Tu amor es una porquería, una avaricia que consiste en que mientras yo daba gritos, y hubieras seguido si no me marchaba, tú seguirías bailando a ver hasta donde resiste un cuerpo. Prueba con el tuyo, no era que tuvieras ninguna posibilidad, es que yo tengo que reactivar la primera vez que ya no la tenías y no volverte a dirigir ninguna palabra. No sé lo que me costará entender eso, de momento sigo sin poder, había empezado con el poema de Olga Orozco y creíste que podías seguir aquí y bastó con decirte que no para que se evidenciara de qué materia están hechas tus palabras. Date golpes de pecho si quieres, babosa, lo que no tienes es ética para diferenciar un baile de alegría del baile de un sádico. Y ese eres tú, payaso, el amante de mierda que se compara con Althusser porque así se mide con un escritor, pero tú eres nadie en mi vida y nadie serás siempre. Loco tarado, intentaste con raulesse y con Kyantsu, no te enteras de cuando te dicen NO.






27 de octubre de 2010

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