“Acechar”: tr. Observar, aguardar cautelosamente:
la fiera acechaba a su presa.
En el momento en el que copio la definición hay una señal. Mientras me preparaba el café, pensaba cómo, qué debo decir para que esto que está sucediendo no se me quede adentro, que no se manifieste en mi cuerpo. Se me cruzaban mil maneras de decir, pensé, que según desde dónde lo piense, es un discurso o es otro discurso, que no se pueden mezclar entre ellos porque solamente conseguiría contribuir a la confusión, y en consecuencia, a enturbiar el verdadero “ALMA DE LOS HECHOS”. Yo siempre conté con la poesía, ahora no puedo, al menos en los últimos dos meses, no he podido. En esa relación cuyo camino no encuentro, “la escucho a ella decir” que desde donde me encuentre, desde ahí, lo diga. Y eso es lo que estoy haciendo. Varios o muchos aspectos de mi vida están paralizados, hay en mi pecho un nudo que me oprime y no lo puedo desatar. Copio poemas, canciones, imágenes, tratando de que, dentro de este enorme desconcierto, algo de mí pueda expresar.
“Acechar”: tr. Observar, aguardar cautelosamente:
la fiera acechaba a su presa.
Pegué estas frases porque así aparecieron anoche en ese chat. Tengo la alerta que considero necesaria de tal manera que, si lo que ocurre dejara ya de ocurrir, creo que me llevaría cierto tiempo volver al estado de alerta “normal”; supongo que (señal) en eso basan su propósito de demostrar al mundo que yo “soy paranoica”. Cuando leí la frase (como una de tantas que se escriben en la pantalla de un chat) observé que a continuación apareció otra que preguntaba que “de dónde había salido el profesor”. Si después de eso no hubiera ocurrido nada, si después de tanta SEÑAL yo aún pudiese no escuchar, si cuando lo conté a algunas de esas personas no me hubiesen respondido que “chica, tú es que estás mal”, yo no tendría tanta opresión en el pecho ni desde luego estaría escribiendo sobre ello, ¡si encima no me hubieran contestado “que no me victimee” o que “es que no tienes corazón”! ... Anoche, yo estaba en el chat (señal) y nada (me) presagiaba, hasta la aparición de esa frase, ningún estado de alerta superior al “normal”. Había encontrado un blog sobre pintura que consideré un gran hallazgo y leía u oía música de aquí para allá, a ratos en el chat; en un momento dado, quise “compartir· una de esas músicas, vi el micrófono libre y conecté… tardé un minuto aproximadamente en dirigir la mirada a la pantalla del chat y cuando lo hice vi que estaban escribiendo que “estaban bailando”… saqué la música y me disculpé aclarando que no había visto a nadie… mis manos durante ese lapso de tiempo se hallaban ocupadas en trasladarme de una página a otra o puede que estuviera mirando las imágenes del video musical que pasaba, lo cierto es que al escribir las disculpas, las letras se habían cambiado de tamaño, de tipo y de color, se hicieron a penas legibles al menos para mí y puesto que ya habían aparecido varias frases escritas en ese chat acusándome de mala educación y un tal elnegritofiero con calificativos vejatorios, tomé el micrófono y aclaré lo que, tal como relato aquí, había sucedido.
Historias como esta se repiten un día y otro día también. Si alguno de esos nicks se vieran seriamente perjudicados por el relato (escrito o verbal) de estos u otros hechos, tardarían cinco minutos en hacerlo desaparecer y podrían volver con toda impunidad, si quisieran, a hablar emocionadamente sobre la libertad, la justicia, el amor, la poesía o la belleza. En el caso de anoche, no se cambió de traje, cuando pasó un rato largo y yo sólo escuchaba silencio (lo había bloqueado), desbloqueé y estaba el elnegritofiero pasando un tango precioso y otro más y comentaba que no le cabía tanta belleza. Sencillamente me salí del chat y todavía no sé qué preguntas debo hacerme.
Lo sé, cualquiera, me diría que no volviera a ese chat… ESO SERÍA COMPLETAMENTE LA SOLUCIÓN SI VERDAERAMENTE EL ACECHO SE LIMITARA A ESE SITIO…………………………….. eso sería la solución si cuando no pisaba el chat no hubuiese habido el mismo tipo de imprecaciones utilizando diferentes vías (estoy hablando de amenazas subrepticias y no tan subrepticias: rortura de espejo retrovisor y nota en mi coche, insinuaciones vía teléfono, coversaciones acontecidas en consultas médicas que han aparecido en el chat, etc) hasta tal punto dañinas que consideré que era necesario hacer publicos estos hechos.
El sábado, que había retirado “ciertas fotos” de este blog, apareció un tal tepagolosdientes… no voy a contar todo el engranaje de esa historia ni cuales ni cuántas son las cadenas asociativas en las que se apoya esa nueva agresión, sólo diré que desde diciembre del 2008 estoy tratando de retomar la cita con mi odontólogo, la cual aplacé por razones que tampoco voy a contar, en dicha fecha y por teléfono.
Perdóneme ustedes, pero a mi entender, y en este momento, se me ocurre que la situación se podría resumir en : Hackers contra una poeta.
Pilar García Puerta, 27 de mayo de 2009 (señal)
miércoles 27 de mayo de 2009
